¿Es ético? ¿Es ecológico? ¿Es solidario? El Consumo Responsable empieza por hacerse preguntas y decidir de manera informada sobre aquello que consumimos. ¿De verdad lo necesito? ¿Puedo pedirlo prestado? ¿Cómo está hecho? ¿Qué haré con él cuando se estropee?
Consumo Responsable tiene que ver con entender que los recursos naturales pueden agotarse. También tiene que ver con comprar de acuerdo a las tres erres;
Reducir, Reutilizar y Reciclar
El Consumo Responsable se basa en ejercer nuestro poder como consumidoras de una forma consciente para el bienestar de nuestra generación y las futuras
Se trata, en ocasiones, de un proceso de aprendizaje continuo, personal y colectivo en el que hace falta estar dispuesta a
prestar atención a nuestra participación personal y profesional en el modelo de consumo vigente.
modificar los hábitos y las conductas individuales, comunitarias, empresariales y políticas.
10 ideas para practicar el consumo responsable.
1.- Planifica tus compras.
Si antes de ir a la compra haces una lista de lo que vas a necesitar no sólo ahorrarás dinero sino que evitarás comprar productos de más que finalmente puede que te caduquen en el fondo de la nevera o de la despensa.
2.- Fíjate en las etiquetas.
No todos los productos contaminan lo mismo, ni en su producción ni en su uso. Esto es verdaderamente importante en el caso de artículos eléctricos y electrónicos. Fíjate en la etiqueta energética que los fabricantes y vendedores están obligados a mostrar. Si se trata de bombillas, compra LED.
3.- Apoya el comercio justo.
Es importante que a la hora de comprar tratemos de dirigirnos a empresas, que respeten el medio ambiente y los derechos humanos. Una manera de asegurarnos que es así es acudir a tiendas de comercio justo. Se llama también comercio ético o solidario.
4.- Compra productos locales.
Es lo que se denomina comercio de proximidad. Todo producto que adquirimos, sea comida o cualquier otro tipo de objeto, tiene una huella ecológica calculable según parámetros como su proceso de producción, su transporte y distribución, o los residuos que genera tras su uso.
5.- Apúntate a un Grupo de consumo
Son consumidores que se ponen de acuerdo para comprar directamente a un productor. Así, consiguen mejores precios y alimentos más naturales al tiempo que apoyan la producción ética de los alimentos.
6.- Redescubre los mercados tradicionales.
Acude a las tiendas de barrio. Suelen comprar a productores de la misma provincia o comunidad en la que se establecen con lo que sus artículos son más frescos y más sostenibles y tú tampoco tendrás que desplazarte mucho.
7.- Conoce los productos sostenibles.
Sellos como la ecoetiqueta MSC para el pescado o el certificado FSC para productos forestales nos aseguran una compra sostenible. Infórmate en tus lugares habituales de compra si tienen disponibles productos garantizados.
8.- Reutiliza y recicla.
Es mejor que compres productos que no estén empaquetados para no generar residuos pero si no es posible trata de que sean envases que puedas volver a usar –como frascos de cristal- o al menos que sean fácilmente reciclables.
9.- Evita usar bolsas de plástico.
Llévate las tuyas propias reutilizables desde casa.
10.- Evita consumir combustibles fósiles.
A la hora de contratar tu compañía de la luz busca una empresa responsable o una cooperativa que comercialice únicamente energías renovables. Si te tienes que trasladar elige un transporte eléctrico, muévete en medios públicos y, si son distancias cortas, en bici o andando.
Fuentes: https://www.economiasolidaria.org - https://www.ecoembes.com/
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